Nuestro compañero Pedro nos envia lo siguiente:
Queridos compañeros:
Se está representando en el teatro Español la obra de Steinbeck "De ratones y hombres". Son dos horas de gozo continuo y sólo está programada hasta el 27 de mayo. No dejes para mañana...
Un abrazo,
Pedro.
PRESENTACION DEL DIRECTOR
El poeta escocés Robert Burns escribió en noviembre de 1785 el poema titulado: A un ratón al deshacerle el nido con un arado en el que un campesino se dirige desolado al pequeño roedor al que acaba de destruir el hogar. Las dos últimas estrofas dicen así:
Uno más eres de los desdichadosque ven todos sus planes anulados:
de ratones y hombres quedan truncados,los proyectos mejores,¡y en vez de los éxitos anhelados,nos quedan sinsabores!Mas ¡bien estás comparado conmigo!
de ratones y hombres quedan truncados,los proyectos mejores,¡y en vez de los éxitos anhelados,nos quedan sinsabores!Mas ¡bien estás comparado conmigo!
Es el presente tu único enemigo:pero ¡ay! ¡yo miro hacia atrás y veo, amigo,un sombrío camino!Y, si miro adelante a oscuras sigo,porque miedo me da cuanto adivino.
John Steinbeck utilizó ese verso para componer el título de su famosa novela “De ratones y hombres” que más tarde él mismo convertiría en una obra de teatro alentado por el éxito inmediato que obtuvo su publicación.
La historia de George y Lennie, protagonistas de la obra, es devastadora. Una tragedia moderna que se desarrolla en la gran depresión americana de los años treinta del pasado siglo de la que Steinbeck fue cronista en una serie de reportajes para el The San Francisco News y que utilizó como telón de fondo en la mayoría de su obra. La gran depresión se caracterizó por la inestabilidad de los mercados, las elevadísimas tasas de paro, el trabajo precario, despidos, desahucios, enfrentamientos raciales por las migraciones de las personas en busca de una vida mejor… ¿Les suena? Pobreza, desigualdad, injusticia, racismo, machismo, violencia… ¿De cuáles de estas lacras entre las que se mueven los personajes de “De ratones y hombres” nos hemos librado nosotros, inmersos en nuestra propia gran depresión casi un siglo después?
Decía un poeta que donde no está el hombre, la naturaleza es estéril. Es cierto que esa conciencia de nosotros mismos, la misma con la que contemplamos el pasado e intentamos vislumbrar el futuro, nos convierte en seres superiores capacitados para interferir en la naturaleza a nuestro antojo. Somos los únicos seres vivos sobre la tierra, capaces y conscientes de alterar la naturaleza, de pervertirla, de aniquilarla, incluso, de ir en su contra. Pero como dijo Steinbeck en su discurso de agradecimiento del Premio Nobel:
“El escritor está obligado a celebrar la probada capacidad del ser humano para la grandeza de espíritu y la grandeza del corazón, para la dignidad en la derrota, para el coraje, para la compasión y para el amor”.
De ratones y hombres es una historia estremecedora con un final terrible. Una historia sobre hombres y mujeres que se mueven en el vacilante límite entre la dignidad del ser humano y la animalización. Entre la razón y el instinto. Entre los que luchan para salir adelante y los que se dejan arrastrar por cansancio, incapacidad o agotamiento. Entre los que sueñan y los que, simplemente, duermen. Es una lucha extenuante que se produce a nuestro alrededor a cada paso. Tal vez por eso, muchas veces, pasa desapercibida o simplemente evitamos fijarnos en ella. Pero si lo haces, si te paras y miras verás que la lucha está interiormente iluminada por la grandeza de corazón y la grandeza de espíritu, por la dignidad, por el coraje, por la compasión y por el amor… Duele, pero ilumina.
Miguel de Arco
Te prometemos ir a verla, ya que nos fiamos de tu buen gusto y buen saber.
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