jueves, 8 de marzo de 2012

Teatro romano de Mérida





El Teatro romano de Mérida es una construcción promovida por el cónsul Marco Vipsanio Agripa, en la ciudad romana de Emerita Augusta, actual Mérida, España. Según fecha inscrita en el propio teatro su construcción se produjo en los años 16 a 15 a. C.
El teatro ha sufrido varias remodelaciones, la más importante, a finales del siglo I o principios del siglo II, posiblemente en época del emperador Trajano, cuando se levantó la actual fachada o frente de escena, y otra en época de Constantino entre los años 330 y 340, introduciéndose nuevos elementos arquitectónicos-decorativos y construyéndose una calzada que rodea el monumento. Tras el abandono propiciado por el cristianismo a causa de la inmoralidad del teatro, éste se abandona y cubre de tierra, quedando solamente visible la zona superior del graderío (summa cavea). La imaginación popular la denominó "Las Siete Sillas", donde según la tradición se sentaron en ella diversos reyes moros para decidir los destinos de la ciudad. Es además desde 2007, uno de los 12 Tesoros de España.

Teatro ubicado en el conjunto arqueológico de Mérida que es uno de los principales y más extensos conjuntos arqueológicos de España. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993 por la UNESCO. El teatro se localizaba dentro de la ciudad romana en una situación períferica de la misma, junto a la muralla; apoyándose parte del graderío en el Cerro de San Albín.
Levantado siguiendo fielmente las reglas de los tratados de Vitrubio, muestra semejanzas con los teatros de Dugga (Túnez), Orange (Francia) y Pompeya (Italia). El edificio responde a un modelo típicamente romano, ya establecido anteriormente en las construcciones de Pompeya y Roma, siendo el diámetro de su cavea de unos 86 metros.


Graderío

Gradas.     Está compuesto esencialmente de un graderio (cávea) semicircular, con capacidad en su momento para 6.000 espectadores, divididos en tres zonas: imacavea (22 filas de graderio), media (5 filas) y summa, esta última muy deteriorada en la actualidad.
La parte inferior en la que se situaban las clases sociales más acomodadas, está excavada y sustentada en la propia pendiente del terreno, sin soportes artificiales, según la tradición griega y al igual que otros teatros enclavados en España. Esta parte se subdivide en cinco sectores radiales (cunei) delimitados por escaleras para la circulación y, a nivel horizontal, por un corredor (praecintio) que lo separa de las graderías superiores, sustentadas por un complejo sistema de arcos y bóvedas de cañón.
Orchestra.      El lugar de máxima preferencia era la orchestra, espacio semicircular pavimentado de mármoles blancos y azulados. Aquí en tres gradas, originalmente de mármol, se colocaban los asientos móviles de los senadores y las máximas autoridades que acudían a los espectáculos teatrales. La orchestra quedaba separada del graderío por un antepecho de mármol, del cual se conserva un fragmento






Escenario

El proscenio rectangular, el escenario o pulpitum y por último el frontal de la escena (scaenae frons), constituyen la vista más espectacular y característica del teatro, tiene 7,5 m de anchura, 63 de longitud y 17,5 de altura total, está formado por dos cuerpos de columnas de orden corintio con basamentos y cornisas de mármol, adornado con esculturas en los espacios entre columnas y en él se abren tres puertas, una central llamada valva regia y dos laterales llamadas valvae hospitalia. Se aprecian fuertes retranqueos en la disposición de los sillares, en concordancia con el dinamismo estructural y compositivo de la escena. Se desconoce como fue el frente escénico original, ya que el actual parece ser que fue construido en época de Trajano.
En este teatro, no hace falta micrófono para poder hablar, porque tiene una abertura con la que se puede hablar perfectamente sin necesidad de micrófono y se escucha perfectamente.






Hasta finales del siglo XIX, los únicos restos visibles del teatro eran las denominadas "Siete Sillas", restos de la parte alta del graderío, formados a base de hormigón revestido de sillares de granito, que componían la fachada posterior del edificio. Las excavaciones del teatro comenzaron en 1910 estando dirigidas por el arqueólogo José Ramón Mélida; con escasos medios y una metodología no del todo adecuada que ha impedido reconstruir la evolución del teatro desde su abandono hasta finales del siglo XIX, se exhumó la mayor parte del edificio, documentándose numerosas columnas, cornistas, estatuas y otros materiales del edificio, sobre todo del frente escénico.
No fue hasta los años 60 y 70 del siglo XX cuando se reconstruyó el frente escénico, bajo la dirección del arquitecto y arqueólogo José Menéndez Pidal y Álvarez.
Numerosos estudios de los últimos años han revelado que la reconstrucción llevada a cabo en el siglo XX con las piezas encontradas no muestra lo que fue el teatro en su origen y que, por tanto, si se pudiesen comparar ambos teatros, las diferencias serían notables.






Además de ser el monumento más visitado de la ciudad, desde 1933 alberga el desarrollo del Festival de Teatro Clásico de Mérida con lo cual recupera su función original y trasciende el mero ornamento






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